Aleteo

 

Si tu nombre se pierde en la oscura noche del olvido;

Si tu pena se diluye en el inmenso campo del espacio;

Si tu llanto no llena el gran mar del sentimiento;

Si llenas con tus versos mi pecho enjuto, mi corazón vacío;

Si llegan a mi alma; También gris, tus tristes gritos.

Pues en ellos va la mariposa moribunda de tu verso.

Que con su débil aleteo, estimula el corazón adolorido.

 

Por eso no quiero que dejes de gemir, de llorar;

Por algo que crees ya perdido, que imaginas ya borrado.

Su mensaje triste, dolorido; Estallido del alma,

Del corazón es alivio, que se bebe con ansia,

Con suspiros, con lágrimas y que al final nos deja

La ilusión de volver a sentir su vuelo; su canción.

 

Estas notas vibrantes de dolor que las diluye el aire.

Cuando entonan con el ritmo de la muerte el adiós,

La marcha triste, silenciosa sin los ruidos de la voz

Que te dice: ¡Espera! Aún hay esperanza... Estoy contigo.

Si estás herido vuelve la cara a tus amigos

No estás perdido, existe amor mientras vuelen mariposas.

 

Tu angustia metafísica no es única, yo también estoy triste.

A veces sólo, y si mis versos van pintados de colores;

Será porque aún presiento que la esperanza existe.

Y la sed del alma sola, bien se calma con afecto compartido;

Y a veces... versos. Por eso yo te envío también;

La esperanza de los míos, como mariposas de colores.

(A ti que das negras mariposas cayendo desde el cielo oscuro).

Cancela tu partida hasta que la fragancia pura de las flores;

Bañe el acento frágil; tembloroso de tus versos.